Los 10 mandamientos según Nietzsche

Nietzsche, el martillo de las conciencias, no deja indiferente a nadie. Si una de sus ideas te penetra, puede dinamitar tus principios morales y lanzarte por el camino del crecimiento vital. Este camino es apasionante pero incompatible con la comodidad psicológica. ¿Realmente merece la pena perder tus certezas y tu estabilidad moral? Piénsalo bien, quizás lo mejor para ti sea pasar de largo y no leer este blog.

Sí a la seducción desde el ejemplo


9º principio: sí a ser ejemplo desde la cumbre, no a bajar para ayudar
 

El seductor ayuda mediante el ejemplo 

El seductor no busca, ya ha encontrado, permanece en su sitio y atrae como un imán.  
El gran amor no quiere que se le dé, quiere amar más. 
El seductor atrae a sus compañeros desde lo alto de la cima, para ello es indispensable que él ya se encuentre allí. 
No se puede arrastrar a nadie hasta la cumbre, si desciendes para ayudarle detendrás su avance porque habrá perdido a su referencia, lo que hay que hacer es dar ejemplo y así ascenderán al intentar ponerse a tu nivel. 
Lento es enseñar por medio de la teoría, breve y eficaz por el ejemplo. SÉNECA
La mejor forma de ayudar es servir de ejemplo. Si entendemos el altruismo como una manifestación de superabundancia vital, situamos al altruista en una posición de superioridad. Si el altruista quiere ponerse al mismo nivel que el ayudado para que el vea como un igual, debe rebajarse. Al rebajarme dejaré de beneficiar al ayudado porque este pierde su referente. El ejemplo que le hubiera servido para crecer y salir de su situación. El ayudado necesita un referente al que imitar. El altruismo que lleva al empequeñecimiento del que ayuda, no sirve porque en último término ambos van a necesitar ayuda, se duplica la debilidad. 

Un buen maestro no quiere alumnos permanentes ni rebaños  

La altura aspira al poder hacia abajo. 
Qué sería de la dicha del sol si no tuviera a aquellos a los que alumbra. 

Aunque el maestro necesita alumnos, no busca rebaños 

El creador no busca rebaños de creyentes, ni cadáveres, sino creadores como él. No hay que querer ser ni pastor, ni sepulturero. 
Poco agradecimiento se tiene al maestro cuando se permanece siempre discípulo.  Mis hijos son como los árboles de mi mejor jardín, ahora están uno al lado de otro, pero un día los trasplantaré y los pondré apartados para que aprendan la soledad. 
Dondequiera que queráis subir, velad por que los parásitos no asciendan con vosotros, son gusanos rastreros que quieren engordar a costa de vuestros secretos enfermos. 
Allí donde el noble es demasiado indulgente, allí construye su nido el parásito.
No es fuerte el que busca rebaños, es decir, un séquito de seguidores que le den la razón o que le obedezcan. La masa influye y determina al líder en tanto este debe satisfacerla para mantenerla ahí. Es más fuerte el que se encorseta a los límites que marca el rebaño.
Ahora que me has encontrado te toca hacer lo más difícil, olvidarte de mí.   
Mientras coloques por encima de ti a otros, siempre serás un alumno. Cuando llegas a lo más alto ya no necesitas un referente y puedes despedirte, agradecido, del maestro que te ayudó a crecer. 
Mi canción no es para todos los oídos. No todas las palabras están hechas para todas las bocas. 
Si no ha picado nadie, la culpa no ha sido mía, no había peces.  
Es indispensable que el buen cazador disponga de buena caza.  
Tengo necesidad de espejos limpios, para darles mi doctrina.  
Mi canción no es para todos los oídos. No todas las palabras están hechas para todas las bocas.  
No soy una ley para todo el mundo, sólo soy una ley para los míos.  
Para los hombres de hoy no quiero ser luz, ni que me llamen luz, a esos quiero cegarlos, reventarles los ojos con el rayo de mi sabiduría.
No hay que buscar el consenso ni la aceptación, sino aceptar que tus ideas son buenas para ti y precisamente por ello no son asimilables por todos.
Una élite de señores cuya tarea no se agotase en gobernar, sino que tuviese, además, su propia esfera de vida formando un invernadero de plantas raras y singulares.   
Los creadores son duros, sólo el más duro es noble, si vuestra dureza no quiere cortar ¿Cómo podéis crear conmigo? 
Yo no guardo contemplaciones con mis guerreros, con acompañantes débiles, se estropearon hasta las victorias.
Una élite afirmativa, no sometida al imperio de la virtud, ni a la pedantería, situada más allá del bien y del mal. 
Solitarios de hoy que vivís aislados, llegará el día en que formareis un pueblo, vosotros mismos seréis un día el pueblo elegido, y de este pueblo nacerá el superhombre. 
El número de los amigos está en razón inversa a su valor. FIESSINGER
Como todos los hombres superiores huyen de los rebaños de seguidores y de los aduladores, pueden coincidir en sus áreas de aislamiento y agruparse.

El seductor no pide agradecimiento, no necesita ser correspondido 

El que tiene derrocha su alma y no acepta ni agradecimiento ni restitución. 
El hombre pasional se desborda, se vierte, y no pierde nada. Es la fuerza que da incesantemente sin disminuirse.  
El que tiene derrocha su alma y no acepta ni agradecimiento ni restitución.
El que tiene no quiere guardarse y se entrega.
La única forma de poseer algo es regalar sin cuenta ni medida.
La codicia, la avaricia, la ausencia de alma entregada es degeneración. 
El miedo a gastarse es debilidad y no fuerza. 
El seductor, como ya está en la cima, no tiene necesidad alguna para su goce, que los otros logren o no llegar.   
El líder es el primero que se levanta, el que trabaja con más ahínco y el más generoso. Es la figura más prestigiosa en un grupo de iguales. Nunca solicita el poder, lo ejerce. HARRIS
En la medida en que des a los demás lo que necesitan, en proporción dependerán de ti, o te darán más poder sobre ellos. CONKLIN
El amor vive más de lo que da, que de lo que recibe. ARENAL
El hombre lleno de pasión necesita encauzar toda esa energía hacia fuera, al hacerlo se convierte en un referente, pero su objetivo nunca fue ser un referente para los demás. Su actuación no está motivada por un objetivo exógeno, no pretende conseguir algo externo, sino que actúa movido por una causa endógena: su superabundancia vital. Así las cosas, los objetivos o metas que te puedas marcar son secundarias. Son útiles porque nos indican una dirección, un rumbo, pero su concreción no es lo importante. Podríamos decir que son incluso intercambiables. Las metas son necesarias porque sin ellas estaríamos flotando y nos arrastraría la inercia. Pero lo necesario no es sinónimo de importante. La clave no está en el objetivo sino en el motor pasional. 

Exigir a los demás que correspondan a la energía o vitalidad aportada, es una gran demostración de debilidad. El hombre superior manifiesta su energía y vitalidad por desbordamiento, no lo hace para conseguir algo a cambio, su premio va incluido en el acto que se ha realizado 

 

Se seduce con la palabra

Las palabras son puentes de ilusión tendidos entre seres separados. 
El lenguaje es una bella locura, el hombre al hablar baila sobre todas las cosas. 
Las palabras van al corazón cuando salen del corazón. TAGORE
El acento es lo que más persuade. GIRARDIN
Todos los oradores emiten dos discursos al mismo tiempo: el que se oye y el que se ve. SHAKESPEARE
Aunque sólo escuche palabras sin orden, el hombre cree que en ellas habrá una especie de sentido. GOETHE 
Hay que terminar las frases con un rasgo punzante, a lo Tácito. Napoleón
La repetición es la más vigorosas de las figuras retóricas. Napoleón
Pon a tus palabras el sello del silencio, y al silencio el de la oportunidad. SOLÓN
El lenguaje es sólo un instrumento de dominación retórica. GEORGIAS
Las palabras son la droga más poderosa usada por la humanidad.  KIPLING
¿No estaré jugando con palabras? ¿Y si las palabras estuvieran hechas para eso? VIAN


Se seduce al impotente, al que necesita fuerza

Se reconoce al filósofo porque evita tres cosas ruidosas, la gloria, los príncipes, y las mujeres, lo cual no quiere decir que ellas no vayan a él.
La psicología del impotente está condicionada por una instintiva y genérica aspiración a una fuerza que le complemente. AAHH 
La seducción la realiza el dominador porque subyace la necesidad de protección. FFAA 
Cuando no somos capaces de apoyarnos en nosotros mismos, nos sentimos incompletos, así que necesitamos apoyarnos en algo externo, ya sea personal o impersonal. FFAA   
El subordinado se concibe a sí mismo en tanto el dominador le califica. HEGEL  
El dominador parece independiente, y el dependiente ama el independiente. FFAA 
El hombre necesita las manifestaciones de masas porque necesita la convicción de ser miembro de una amplísima comunidad. AAHH  
De la misma forma que el fuerte atrae involuntariamente, el débil busca a quién subordinarse de forma automática e inconsciente. No siempre es una persona real, un líder carismático, puede ser una ficción teórica como un Dios, en los dos casos funciona igual: el líder (real o virtual) otorga al débil una sensación de superioridad que aislado no tiene: la superioridad de sentirse parte de un colectivo poderoso o la superioridad de sentirse un elegido por la divinidad.  

Se seduce al indeciso, al que necesita tomar decisiones y duda

Al que no tiene claros sus objetivos, le seduce el que tiene una voluntad clara, una fe inflexible, y una decidida determinación en ir hacia algún sitio. AAHH 
Junto al que tiene claros sus objetivos, el indeciso pierde su incertidumbre. AAHH  
Hay dos tipos de voluntad, la voluntad fragmentada porque ningún instinto domina, y la voluntad unitaria, donde todos los instintos se coordinan bajo la dominación de uno sólo. 
Si tuviéramos suficiente voluntad, casi siempre tendríamos medios suficientes. ROCHEFOUCAULD 
menos que creáis en vosotros mismos nadie lo hará, este es el secreto que conduce al éxito. John D. Rockefeller
Si dudas de ti mismo, estás vencido de antemano. IBSEN   
El dogmatismo continuado seduce porque tú permaneces como un polo fijo, rodeado de fenómenos móviles, así se encuentran siempre ciegos seguidores. AAHH
Un pueblo se deja guiar cuando se le enseña un porvenir. NAPOLEÓN

Una consecuencia derivada y no pretendida es el efecto de atracción que acompaña al que marca las metas, al creador. El peligro de este tipo de atracción es la ralentización que puede suponer para tu propio crecimiento personal. El colectivo de seguidores puede marcar los ritmos y puede forzarte a reducir tu velocidad de crecimiento para acompasarlo al suyo más lento.


El seductor también genera rechazo y odio en el impotente 

Cuanto más te elevas, más pequeño te haces a los ojos de los envidiosos.   
Los envidiosos, en presencia del envidiado se sienten pequeños, a medida que se acercan a él, se callan, y sus fuerzas les abandonan. 
A medida que aumenta tu poder, aumenta la envidia, y con ello el número de tus enemigos, por ello te vuelves más vulnerable.  
Juzgar las obras de los demás es  la ocupación de quienes son incapaces de crear sus propias obras. 
Los lameculos de ayer son los linchadores de hoy. PROVERBIO ESPAÑOL 
La envidia es una especie de alabanza. JON JAY 
El que te habla de los defectos ajenos, también habla de los tuyos a los demás.  DIDEROT 
La amenaza es la respuesta del amenazado. LEONARDO 
Los envidiosos son astutos porque su alma mezquina piensa mucho en ti, en el que les supera.  
El resentimiento los hace sutiles, pero no por la inteligencia, sino por la envidia.  
Cuando se es una estrella, se ilumina incluso a los envidiosos.  

El hombre superior genera efectos diferentes entre los que están por debajo: puede servir de faro que ilumina el crecimiento de otros hombres en su camino de crecimiento. Los efectos son muy diferentes entre aquellos que no están creciendo y que se han quedado estancados en una posición de debilidad: pueden convertirse en aduladores y someterse al fuerte adquiriendo así la seguridad del que se cree protegido, pero también pueden convertirse en lo contrario, en odiadores y críticos con el fuerte por sentir que agrava su sensación de inferioridad. Por eso es tan fácil pasar del amor al odio.